El abrazamozos de Andalucía
Dice la tradición que las almas de las mujeres que habían muerto por asuntos de amor, bien siendo asesinadas o suicidándose, regresaban a la tierra convertidas en abrazamozos. Estas criaturas adoptaban la forma de una fémina de gran belleza para así atraer a donjuanes incautos.
El desdichado que deambulaba en solitario buscando nuevas conquistas quedaba inmediatamente fascinado por la hermosura de este monstruo disfrazado de mujer y perseguía a la supuesta joven con intención de hacerla suya.
Entonces, el abrazamozos huía pero sólo en apariencia. En el momento en el que el hombre conseguía asir a la muchacha objeto de su deseo ésta se convertía en un horripilante esqueleto que envolvía con fuerza sobrehumana el cuerpo de su presa hasta hacerle enloquecer de miedo.
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